30 abr 2009

EL MANIFIESTO COMUN DE LA ILUMINACÓN

EL MANIFIESTO COMÚN DE LA ILUMINACIÓN

 

        Para alcanzar la iluminación se hace imprescindible la más alta resolución y la más vigorosa pasión.

        ¿Cómo se encuentra y acontece la iluminación? Se encuentra después de una sobresaturación de sobredosis de espiritualidad que provocan los largos periodos de meditación, indagación, cuestionamiento, investigación, oración, suplica, desespero, ansiedad, obsesión, alerta, observación y CUM. Después de todo este enjambre de confusión y sin sentido de búsqueda de uno mismo y lo inconmensurable, lo sagrado, la verdad, Dios: ella acontece; pero es inevitable que no pases por este infierno que solo contiene confusión, temor y miedo… ¡antes de que ella se manifieste!

        Es obvio que los hombres de sabiduría, virtud, pasión y fortaleza interior inferior, no pueden comprender, realizar ni alcanzar la iluminación. Ella solo esta reservada para los seres de gran resolución: temerarios, atrevidos, osados, audaces, imprudentes, intrépidos y decididos. Esta alta resolución y pasión por la verdad los empuja a la búsqueda de la comprensión de si mismos y de lo que es; sea lo que ello sea.

        La iluminación al encontrarse por encima de todo ritualismo, creencia, erudición, dogma, espiritualismo, adoración y mero filosofar, da al iluminado la comprensión del poder que contiene todo aquello que depende de sí mismo sin necesidad de agregados, dependencias o posesiones; materiales, sentimentales o intelectuales, puesto que la practica de la espiritualidad consiste en abandonos. ¿Qué hay que abandonar? Precisamente todas las posesiones que sujetan a la mente a la consciencia relativa, a la dependencia, al amoldamiento, y que como consecuencia agrandan y alimentan el miedo y el terror, o sea, el buscador debe zambullirse dentro de su mundo interior (su mente) y ver la razón que sujeta al deseo y a la ilusión de todas estas miserias transitorias.

     Esta practica lleva a que se torne mas honda y profunda la auto-percepción lo cual ayuda al vaciamiento de todo el contenido intelectual que oprime y encarcela a la mente en definiciones, moldes y argumentos que terminan por construir una vida chata, limitada, arrogante y encerrada en si misma por la eterna custodia que ese mundo de deseo, ilusiones y posesiones contiene, lo que se convierte en la vida individualista y egoísta que tenemos. El ahondar y profundizar en la auto-percepción nos facilita abrirnos y entregarnos a lo desconocido para que nos visite y haga brotar en nosotros la flor espiritual que perfuma el cosmos entero.

        La totalidad de la espiritualidad es la iluminación. La espiritualidad no existe sin iluminación, sin iluminación no hay espiritualidad. La espiritualidad comienza con la iluminación y ello abre las puertas al aprendizaje eterno, lo que significa que la espiritualidad termina concluyendo en la eterna maduración de la iluminación, o sea, cuando no hay iluminación no hay espiritualidad, de modo que la iluminación es la medida y todo el sentido de la espiritualidad.

        La iluminación es el despertar de la sabiduría que tiene una cualidad puramente perceptiva-intuitiva, lo que despierta el campo de la totalidad de la consciencia, separando y alejando así a la mente del campo común del pensar obsesivo, imitativo, reiterativo que sustenta en el diario vivir cotidiano, y ello hace a la iluminación una experiencia interior única e incomunicable.

        La iluminación es la restauración de la base de la consciencia, o sea, es retornar al hogar sacrosanto, es ser como los niños, es el renacer a la vida eterna, es limpiar el polvo del hogar, es eliminar las maculas adquiridas por el pensar erróneo e ilusorio, en definitiva es el descenso de la gracia divina sobre el hombre. Pero para que esto acontezca, no olvidéis por lo que debes pasar: largos, extensos e interminables periodos de meditación, oración, CUM, indagación, cuestionamientos, observaciones, alertas, sobre uno mismo y LA mente con el consecuente sufrimiento producido por el pensar obsesivo.

        La iluminación es la súbita explosión del big-bang interior con la consecuente eclosión, manifestación, revelación y el consiguiente nacimiento de la comprensión que capta la desconocida percepción intuitiva, revelando y transmitiendo el iluminado toda la luz que trasluce y tiene la sabiduría.

        Caminamos apoyados en las muletas del razonamiento, lo que nos lleva a que cuando no comprendemos algo, nos enfrasquemos en la búsqueda de soluciones que suponemos el pensamiento nos puede dar, pero nunca nos detenemos en el silencio para desvanecer el problema, puesto que nuestra ignorancia no nos permite ver que no hay nada que solucionar.

        El camino espiritual no consiste en llenarse de ideas para intentar conocer, consiste en vaciarse de ellas para encontrar y comprender.

        Todos poseemos la Gran Verdad de la Vida: solo ve, observa, está alerta y mira dentro de tu propia mente y vuestro propio interior, que vuestra propia inteligencia os revelara y demostrara que esta por encima de todas vuestra opiniones, argumentos, teorías, dogmas, doctrinas y creencias.

        La espiritualidad es el propio camino del vivir, no impone creencias ni dogmas, simplemente señala el camino que te conduce a la experiencia personal de la iluminación, lo que significa que la real espiritualidad se encuentra libre y mas allá de todo limite religioso y en ello esta su simplicidad, ya que la verdadera espiritualidad no rechaza ni afirma verdades absoluta, ella investiga, indaga, inquiere, duda, lo cual nos lleva a liberarnos de todos los espejismos mentales, propiciando así un auto-aprendizaje que nos conduce hacia la auto-realización.

        La espiritualidad no consiste en buscar o seguir al Buda o al Cristo, consiste en seguir y buscar lo que ellos buscaban. El camino (que eres tu mismo) es donde se encuentra a Verdad Suprema, que puedes vivenciar al silenciarse tu intelecto lo que permite una profunda percepción de la esencia de las cosas, experimentando luego el equilibrio existente entre tu cuerpo, tu pensar, tu sentir, tu actuar, o sea, una experiencia con la esencia que habita en tu cuerpo.

        Para encontrar la iluminación se necesita imprescindiblemente de la dignidad solitaria, la iluminación se alcanza cuando uno tiene esa dignidad solitaria, lo que se traduce simplemente en no mentirnos mas a nosotros mismos. Es obvio que para evitar el auto-engaño debemos ser serios con la vida, con nuestro vivir, con nosotros mismos, con lo que nos sucede. La dignidad solitaria es imprescindible ya que el auto-conocimiento y por lo tanto la sabiduría, no puede ser dado ni enseñado por libros, palabras, símbolos, rituales o por otro, de modo que si no adquirimos esta dignidad solitaria, jamás podremos profundizar nuestra percepción-intuitiva ni la auto-reflexión.

        Es precisamente esta dignidad solitaria la que te lleva al hartazgo, a sentirte rebozado, sobrepasado, excedido en tus límites, superado, y esta sobresaturación de sobredosis de autoconocimiento y espiritualidad es quien te impulsa al abismo sin fondo de la iluminación.

        Es ineludible e indispensable que la practica de la espiritualidad [conocerse así mismo] deba realizarse sin apego ni sumisión. El conocimiento de uno mismo se debe realizar con absoluta libertad e independencia, puesto que no se busca controlar la mente ni el espíritu sino liberarlos.

        La espiritualidad es el camino de la iluminación, la iluminación es la llave que abre la puerta donde se encuentra el ojo de la sabiduría. Con la espiritualidad golpeas la puerta, con la iluminación la abres y con el ojo de la sabiduría conoces tu hogar y el hogar del Padre y a partir de ahí comprendes que no debes confiar en las cosas que están fuera de ti: libros, palabras, creencias, promesas, esperanzas, porque puedes sacar el tesoro celestial de la sabiduría de tu propio ser.

        El estado previo a la iluminación es el estado en que la mente se encuentra como los perros de Ofelia cuando les tiro la grasa y los huesos hirviendo a su plato: no pueden lamerla por mas que lo quieran, ni pueden alejarse aunque deseen marcharse.

        Una de las características principales de la iluminación es la irracionalidad, lo que significa que la iluminación no es una conclusión que ha de alcanzarse mediante el razonamiento y, por lo tanto, va mas allá de toda capacidad intelectual porque ella surge de la percepción-intuitiva, lo cual le da una autoridad final, puesto que no depende de ningún acopio de argumentación lógica que pueda refutarla, o sea, la iluminación es una forma de percepción, de percepción intuitiva interior que tiene lugar en lo mas intimo y profundo de la consciencia.

        La iluminación da al ser humano la sensación de haber llegado a destino final, es la sensación de haber llegado y descansar en el desnudo silencio del jardin de nuestra casa panza arriba mirando las estrellas sin finalidad alguna… y en ello… esta todo.

        No busquéis la iluminación con propósito o sin propósito, no la intentes alcanzar por medio de palabras, símbolos o por medio de la quietud, no intentes captarla lógicamente ni capturarla ilógicamente. No la busquéis en parte alguna pero no dejes parte alguna sin buscar. Satúrate de tanto buscar, satúrate buscando, satúrate de la búsqueda porque ello te llevara al hastío  absoluto de ti mismo, lo cual permitirá encontrarte con la reina soledad y con el rey silencio, donde no hay alma que pueda ser apresada por intelecto alguno.

        Queridas amigas y amigos: los hombres de baja pasión, faltos de resolución, de sabiduría, virtudes y cualidades inferiores, aquellos que están llenos de cuidados, temores y que no se animan a enfrentar ni romper la barrera de sus miedos, solo podrán jugar a la espiritualidad, a la meditación, a la iluminación, pero nunca probaran el néctar de la verdad ni olerán el perfume de lo sagrado ni podrán apreciar el rostro de lo inconmensurable, para ellos solo esta reservada la información intelectual, una que otra habilidad, poderes psíquicos o técnica espiritual, cursos de la Nueva Era y algunos grados y títulos religiosos, pero sepan que todo esfuerzo y labor que dichos hombres realicen a nada los lleva y a nada llegan. O sea, queridas amigas y amigos: ni la espiritualidad ni la meditación ni la iluminación es ni son para seres mediocres.

        Amados amigos y enemigos, os pregunto ¿Hasta donde queréis llegar? ¿Deseáis jugar a la meditación, a la espiritualidad, a la iluminación o tienes el firme propósito de realizarlas e iluminarte cueste lo que cueste? ¿Hasta donde deseáis penetrar la cueva del conejo? Hasta donde quieres sumergirte en el agujero de gusano de lo innombrable?

PERO COMO SIEMPRE AMADOS AMIGOS:

¡DE VOSOTROS DEPENDE… DE NADIE MAS!

UN ABRAZO

RAÚL

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