3 feb 2009

SOBRE LA JIHAD

Jihad significa guerra sagrada. Según el Corán son los tipos de guerra que debe liberar el creyente musulmán. El Corán divide esta guerra sagrada en dos tipos. El primer tipo de jihad es aquella que se libra sobre los propios demonios, es la lucha de uno mismo contra los demonios que lo invaden, esta es la Jihad superior. La Jihad inferior es la que se libra contra los ataques externos recibidos personalmente o contra el pueblo de Alá, o sea, es la respuesta del practicante en defensa propia frente a la agresión exterior.

La Jihad superior, la máxima Jihad, es aquella que se libera con el fin de vencerse a sí mismo, lo cual significa el conocerse a sí mismo, lo que es equivalente a descubrirse y ver la totalidad del contenido de nuestra mente y nuestro ser, o sea, todas nuestras obsesiones, miedos, deseos, odios, rencores, ambiciones, egoísmos, resentimientos, violencia y deseos de venganza. Esto debe ser conocido con el fin de vencerlo (trascenderlo).

El tener estos defectos en nuestro interior, facilita el acercamiento de los demonios, por eso la lucha de la Jihad Superior es una guerra sagrada, es una guerra santa, y es este mismo hecho que la define como Guerra Santa Superior, porque el estar libre de estos demonios interiores libera al hombre de los demonios exteriores que lo pueden atacar.

Esta Guerra Santa Superior o Jihad Máxima, se define como tal, porque para el Islamismo lo máximo, lo superior es La Santa Vida y, para ser vivida de acuerdo a la ley del Corán, el practicante musulmán debe aspirar a la Santidad de su vida. Para llegar a ello debe ganar el Jihad Superior.

Esta Jihad es Superior, porque lo importante es el hombre, ya que él representa la creación máxima de Alá, pero sin haber librado la guerra santa superior (Jihad) es una creación imperfecta y eso no honra a Alá.

La Jihad inferior es aquella batalla que el practicante del musulmanismo debe llevar a cabo como auto-defensa frente a un ataque a su persona, o por la defensa del territorio del Islam frente a una invasión extranjera.

La inmolación es con referencia a la entrega total que realizó Alí, primo de Mahoma, en una batalla frente a otros guerreros. La inmolación nunca fue vista por el musulmanismo como una forma de matar civiles, inocentes o seres desarmados. La inmolación es un acto heroico y digno que realiza un guerrero frente a otro u otros guerreros de su mismo nivel, que refleja el verdadero honor en donde se elige la muerte en batalla antes que la rendición.

Los terroristas que se inmolan en la actualidad, deberían primero seguir las reglas del Corán, intentando antes que nada vencer a sus propios demonios antes de llevar a cabo actos innobles y denigrantes, como son los de matar inocentes, civiles y gente desarmada, puesto que el prestarse para semejantes actos, es la evidencia que se encuentran poseídos por una legión de demonios; por lo tanto, si no han librado y ganado la lucha de la Jihad Superior ¿Cómo creen que estarán al lado de Alá e irán al cielo? ¿Quizás tengan esta creencia porque consideran que con un acto de la Jihad inferior es mérito suficiente para sobornar a Alá?

El terrorista del fundamentalismo musulmán no tiene la capacidad para darse cuenta que es a ellos a quienes sus jefes (que no se inmolan) les chantajean la conciencia y los sobornan con “un (supuesto) lugar en el paraíso y al lado de Alá”, lo cual revela que su sacrificio e inmolación es nada más que a cambio de una coima teológica subjetiva, insustancial, sin que nadie le puede garantizar que va a ser así ¿Cómo es posible que semejante imbécil no cometa todo tipo de estupideces? Imposible ¿verdad?

La incomprensión y la lectura textual de cualquier libro sagrado llevan inevitablemente al fundamentalismo, ya que ellos están plagados de metáforas, aforismos, parábolas y esoterismo. Cuando se acepta textualmente un libro sagrado simplemente se cae en el dogmatismo total, en el fanatismo absoluto, y como consecuencia en la muerte mental, en donde Dios no tiene ningún significado verdadero para la vida, excepto como mera muleta psicológica en donde el dogmático apoya su miedo y sostiene su invalidez mental.

El fanático usa la palabra Dios para sostener su invalidez mental ya que es incapaz de pensar por sí mismo y darse cuenta que no es lo mismo Dios, que la interpretación intelectual y textual de una “causa llamada Dios”, que sólo la usa para escapar del miedo. La causa llamada Dios, es nada más que un negocio del intelecto vendidos por Broker de la muerte supuestamente religiosos por medio de bonos a cobrar en el futuro; siempre (supuestamente) después de la muerte.

Estas alucinaciones intelectuales que produce el miedo, deben ser exorcizadas por medio de la Jihad Superior puesto que la “causa de Dios” no existe, excepto como “causa del Demonio” disfrazado de un Dios que premia y castiga, lo cual crea culpa y condena en nuestra mente, y ello no puede ser otra cosa que obra del Demonio, puesto que el final de todo esto es nada más que miedo en nuestro interior. Luego de estar poseídos de esta manera, nuestras mentes están en liquidación frente a cualquier chantaje psicológico.

Es precisamente en este momento, cuando aparecen los broker espirituales y nos ofrecen la “fórmula de la salvación”, y nosotros, con tal de liberarnos de esa obsesión demoníaca que nos culpa y nos condena, aceptamos la máxima estupidez e imbecilidad a “cambio de nuestra salvación”.

Conclusión: la verdad es que no hemos sido capaces de ganar la batalla de la Jihad Superior, no hemos sido capaces de vencernos a nosotros mismos, y no hemos sido capaces de vencer a nuestros demonios, por lo tanto, el demonio de la ambición nos convencerá que aceptando la Jihad Inferior habremos ganado nuestra guerra santa en su totalidad, lo cual no tiene honor, dignidad, heroísmo ni valor, ya que es contra seres inocentes, indefensos, civiles y desarmados.

Aunque los musulmanes fundamentalistas crean que han ganado la guerra santa, la verdad revela que frente a Alá han perdido la Jihad, lo que significa que es Satanás quien los espera... No Dios.

0 comentarios:

Publicar un comentario