24 mar 2010

DETALLES SOBRE LA IGNORANCIA

DETALLE I

EL SIMPLISMO: UN ATAJO EN EL CAMINO

Reducir todo al simplismo es una satisfacción grandiosa. Hemos logrado disfrazar al simplismo como “natural sencillez” como “espontánea naturalidad”, permitiéndonos no ahondar ni profundizar en nada. La vida funciona basada en una interrelación de acción y reacción, causa y efecto. El simplismo es la periferia del efecto, ni siquiera es el efecto de la acción.

El intelecto calcula, premedita, asocia, compara, analiza, especula, argumenta y se obsesiona. La vida es un todo, del cual no podemos escapar, aunque el intelecto seleccione una parte de ella. Cuando el intelecto ejecuta esta acción de seleccionar, aísla el resto del contenido del vivir y la vida. Ante esta situación no tiene más opción que el simplismo de todo aquello que no le agrada, de manera que trata a los asuntos que no son de su conveniencia ni interés de manera despectiva y trivial.

El estar constantemente escapando, denota la frivolidad de la mente para profundizar, no solo en las cosas exteriores sino y, por sobre todo, en las interiores. El simplismo es la respuesta surgida del análisis no de la observación, no del ver interior, donde se puede sopesar lo verdadero y lo falso, lo real y lo deseado, lo necesario y lo ilusorio. El simplismo, simplemente tiene para ello una respuesta reduccionista y ello no es simplicidad, es evasión, es vagancia, es ausencia de pasión, para ver e investigar las raíces de nuestros sufrimientos, desdichas, conflictos y confusiones.

El simplismo es la arrogancia de no asumir que no se sabe y que, por lo tanto, no tenemos razón.

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